El aumento de la temperatura en aproximadamente 2ºC de media, el rápido aumento en la concentración de CO2 y el aumento de la sequía y episodios de clima extremo pueden tener consecuencias impredecibles sobre las plagas y enfermedades de los cultivos. Los hemípteros, vectores de aproximadamente el 70% de los patógenos de plantas transmitidos por insectos, son muy susceptibles a cambios de temperatura ya que generalmente tienen un ciclo biológico muy corto y requieren de una gran capacidad para dispersarse, reproducirse y adaptarse a nuevos hábitats. Desde 1960 se ha producido un desplazamiento de más de seiscientas plagas y enfermedades hacia los polos a una media de 2,7 km/año; en el caso de los hemípteros, ese desplazamiento ha resultado ser mucho mayor (13,7 km/año).
Los principales grupos de insectos vectores de virus tales como los pulgones, moscas blancas y trips son muy susceptibles a cambios de temperatura, viento y precipitación. Por ejemplo, un incremento en la temperatura media invernal incrementa la tasa de crecimiento poblacional de muchos de estos insectos vectores, expandiendo sus poblaciones a nuevas áreas y adelantando sus vuelos migratorios en primavera. Las previsiones indican que ante el nuevo escenario de cambio climático los vuelos primaverales de pulgones se adelantaran una media de ocho días en los próximos cincuenta años. Todo ello irá previsiblemente acompañado de una mayor incidencia de virus transmitidos por pulgones, como es el caso de los potyvirus y los luteovirus, muchos de ellos causantes de enfermedades graves en varios cultivos. El aumento de 2ºC de temperatura también desplazaría la mosca blanca Bemisia tabaci hacia mayores latitudes, afectando especialmente a países de clima mediterráneo.
El cambio climático inducirá alteraciones en la morfología y fisiología de los cultivos que tendrán implicaciones en la durabilidad y nivel de resistencia genética frente a vectores de virus. Previsiblemente, aparecerán con mayor frecuencia virosis emergentes transmitidas por vectores que se expandirán a nuevas áreas y resultará más difícil aplicar medidas de control debido a las dificultades para predecir la respuesta de los vectores y virosis frente a los nuevos escenarios de cambio climático
La globalización del mercado internacional favorece que cada año miles de millones de productos vegetales sean trasladados entre países. Evidentemente, con las mercancías viajan plagas y enfermedades. Y, como las condiciones climatológicas han cambiado, con inviernos más cortos y suaves, muchas plagas se establecen fácilmente en los nuevos ecosistemas, donde anteriormente no podrían haberlo hecho. Son suficientes unos cuantos años para que ciertas plagas ya están firmemente asentadas en sus nuevos territorios.
Según los datos manejados por la Unión Europea, desde 2009 se detectaron al menos nuevas plagas implantadas en territorio comunitario: Anoplophora glabripennis, Diabrotica virgifera, Bursaphelenchus xylophilus, Pomacea insularum, Anthonomus eugenii, el virus de la tristeza de los cítricos, Xylella fastidiosa, y el virus de la deformación fusiforme del tubérculo de la patata. Trioza eritreae ya se encuentra en la cornisa Cantábrica y Portugal y es el vector del temido HLB de los cítricos, contra el que se está actuando con depredadores naturales. Scirtothrips aurantii es una plaga de cítricos ya ubicada en la provincia de Huelva. Posteriormente se detectó su presencia sobre otros cultivos como arándano, fresa, mora, frambuesa, aguacate y caqui. En 2022 las autoridades portuguesas informaron de su detección en las regiones del Algarve y en Alentejo sobre cítricos, frutos rojos, manzanos y subtropicales. Y en agost ode este 2024 ha llegado a Córdoba Scirtothrips dorsalis también está atacando a los citricos andaluces con detecciones que se iniciaron en 2019 desplazándose hacia Levante progrsivamente. Ese ritmo de asentamiento supone una nueva plaga o enfermedad en territorio europeo cada siete meses.
Se trata de plagas y enfermedades vegetales especialmente peligrosas, porque en los nuevos territorios donde se implantan se desconoce su desarrollo o su ciclo biológico y su correcto tratamiento, y porque en muchas ocasiones carecen de enemigos naturales. En su nuevo territorio, en ocasiones encuentran nuevos hospederos. Esas nuevas plagas y enfermedades afectan gravemente a la producción agrícola y al medio ambiente.
La avispa asiática, Vespa velutina, que llegó a Europa en un contenedor, procedente del sudeste asiático, es un peligroso depredador de abejas, que en Europa está afectando directamente al proceso de polinización y en general a todo el ecosistema. Además, la avispa adulta se alimenta de fruta madura (manzanas, ciruelas, uvas, etc.) en gran cantidad, y pueden causar graves destrozos en la agricultura. Otra plaga ya habitual, la polilla del tomate, Tuta absoluta, es originaria de Chile, aunque se extendió por gran parte de Sudamérica. Se detectó por primera vez en España en 2007, y se propagó rápidamente al resto del país, incluido las Islas Canarias, y al área mediterránea. Hoy en día se trata de una plaga totalmente asentada que causa graves problemas en los cultivos de tomate. Existen otras plagas y enfermedades foráneas de reciente asentamiento en Europa: la polilla guatemalteca, o Tecla solivanora.
También en los ámbitos ornamental y forestal nuevas plagas y enfermedades están causando graves daños. Tal es el caso de la Cydalima perspectalis, una mariposa cuyas larvas se alimenta de las hojas del boj, que ha devastado zonas boscosas de Suiza, pero que ya está afectando a amplias zonas del sur de Europa.
El caso más conocido actualmente es el de la Xilella fastidiosa, una bacteria que obligó a talar centenares de miles de olivos en Italia, dañando la economía agrícola y el paisaje tradicional de amplias regiones. Es de hecho la enfermedad vegetal emergente más peligrosa de Europa y en España está en zonas de la Comunidad Valenciana, Baleares, Extremadura y además en Portugal.
Ya aparecen en Europa plagas como Bactrocera orientalis, que ha aparecido en Italia, Bactrozera zonata que ha aparecido en Francia y Austria y afectan a numerosos frutos. La mancha negra de los cítricos que ya ha llegado a Túnez y la polilla Thaumatotibia leucotreta ya presente en Israel.
Para finalizar nos hacemos eco de la plaga que ha aparecido ahora en la costa granadina y afecta al aguacate Euwallacea fornicatusun escarabajo sobre el que ya ha tomado cartas Sanidad Vegetal de la Junta de Andalucía que provoca graves daños. El escarabajo excava galerías en las ramas de los árboles para alojar unos hongos simbiontes que lleva en su aparato bucal. Los adultos y las larvas se alimentan de estos hongos actuando como vectores del mismo, pudiendo el hongo provocar la marchitez de las especies hospedantes y eventualmente la muerte del árbol. Ha provocado graves daños en Israel y Estados Unidos donde está presente. Fuente: Asaja Málaga