La Unió Llauradora insta al ministro de Agricultura, Luis Planas, a presionar ante las autoridades comunitarias para que los cítricos europeos sean considerados como un producto sensible en las negociaciones de acuerdos con terceros países. La organización cree que la firma del posible acuerdo entre la UE y Mercosur sería lesiva para los intereses de los agricultores y ganaderos de la Comunitat Valenciana, como es el caso de los productores de cítricos, arroz, apicultura o vacuno, entre otros.
En los cítricos se hundiría totalmente la industria europea del zumo que ya domina al 90% un país como Brasil y la situación se extendería así mismo al precio para la fruta del mercado en fresco. En la actualidad, los cítricos en fresco que llegan a la UE procedentes de Argentina y Brasil lo hacen con un arancel del 12,80% que, seguramente, con el acuerdo irían reduciéndose o desaparecerían. En el caso de los zumos de Brasil se abona un arancel del 12,20% y ocurriría lo mismo.
Por ello la organización solicita a Luis Planas que cumpla con su compromiso de proteger a los cítricos europeos en las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y el bloque Mercosur, a las que se les pretende dar un impulso estas últimas semanas. A pesar de la relevancia estratégica del sector citrícola, las gestiones ministeriales no han logrado que los cítricos sean reconocidos todavía como «muy sensibles» en el marco de las negociaciones, dejando a nuestra producción en una situación de vulnerabilidad inadmisible frente a las importaciones.
Los cítricos europeos enfrentan una competencia desleal debido a la falta de reciprocidad en los estándares fitosanitarios y medioambientales de las importaciones procedentes de países del Mercosur, como Brasil, Argentina y Uruguay, que presentan un historial alarmante de plagas o enfermedades interceptadas. Solo en 2024, hasta octubre, se han registrado 99 interceptaciones de plagas en cítricos importados de estos países.
En este sentido, Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ le recuerda al ministro Planas que “el 30 de septiembre de 2021 se hizo público que el Gobierno de España había solicitado a la Comisión Europea la consideración de los cítricos como producto muy sensible frente a las importaciones de países terceros, tal y como se venía solicitando desde nuestra organización insistentemente. En este sentido, se dirigió una carta a los entonces comisarios de Agricultura, Janusz Wojciechowski; comercio, Valdis Dombrovskis, y de Sanidad, Stella Kyriakides, firmada por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.” A estas fechas, el ministro Planas no ha finalizado su trabajo lo que, más de 3 años después, es un síntoma de dejadez en la defensa de nuestro sector ante acuerdos con terceros países.
La Comisión Europea, con la inacción del Ministerio de Agricultura, no ha publicado hasta el momento un informe exhaustivo del impacto que tendría el acuerdo sobre la economía citrícola europea ni ha detallado las condiciones específicas del desmantelamiento arancelario previsto. Esta opacidad es inaceptable. Según los datos disponibles, la creciente entrada de zumo de naranja de Brasil está erosionando la industria europea de zumos, fundamental para regular el mercado de cítricos en fresco. Entre 2019 y 2023, las importaciones de zumo de naranja desde terceros países hacia la UE han aumentado de forma preocupante. España, que históricamente ha sido líder en la producción de cítricos, ha importado más de 19.000 toneladas de zumo en 2023, una cifra que amenaza la sostenibilidad de nuestro sector agroindustrial.
Una vez más, las negociaciones comerciales con terceros países ponen de manifiesto una dinámica desequilibrada. En primer lugar, nuevamente y tal como ocurrió con el TTIP, existe un oscurantismo en las negociaciones lo que hace prever que, mientras la UE pueda ofrecer condiciones favorables para las importaciones, los Estados Miembros enfrentan una posición debilitada para negociar protocolos de exportación. La falta de reciprocidad en estándares fitosanitarios no solo es un problema de competitividad, sino también de seguridad alimentaria y de control de plagas o enfermedades, que podría derivar en consecuencias catastróficas para las plantaciones citrícolas europeas y, por tanto, valencianas. Este oscurantismo lleva a sospechar al sector que, una vez más, la Comisión Europea, con el apoyo del ministro Planas, pueda echarnos al pie de los caballos de la globalización y la falta de defensa de las producciones europeas.
En consecuencia, desde LA UNIÓ se exige al gobierno de España que se sume al posicionamiento del gobierno francés y al ministro de Agricultura que se ponga de una vez a trabajar para conseguir que se declare el impacto estimado de este acuerdo sobre la economía citrícola europea, incluyendo un desglose detallado del desmantelamiento arancelario propuesto. En segundo lugar, que, cumpla con el compromiso adquirido de lograr que los cítricos sean catalogados como productos «muy sensibles», lo que garantizaría una mayor protección frente a las importaciones y finalmente, como se comprometió con el sector en el documento de las 43 medias que reclame garantías fitosanitarias estrictas y de reciprocidad en los estándares de producción, evitando la entrada de productos que no cumplen con las normas europeas y suponen un riesgo para la sanidad vegetal.
Es inadmisible que el sector citrícola, que genera miles de empleos rurales y representa una parte fundamental de nuestra economía agroalimentaria, se vea relegado en unas negociaciones que priorizan concesiones comerciales a cualquier coste. En palabras de Carles Peris, «estamos en contra de este tipo de acuerdos internacionales que nos dejan en la estacada, nos vuelven a vender para beneficiar a otros sectores económicos que, muchos de ellos, deslocalizan su producción. Los acuerdos deben garantizar una protección adecuada para nuestros productores. No podemos aceptar que los cítricos europeos queden desprotegidos ante una competencia desleal y sin garantías fitosanitarias. Exigimos al ministro de Agricultura que actúe de inmediato en defensa de un sector de importancia economía, social y medioambiental».