Producir frutas y hortalizas de forma sostenible y respetuosa con la salud del medio ambiente y de las personas ya es una realidad al alcance de cualquier agricultor, gracias al control biológico de plagas y enfermedades en los cultivos. Sin embargo, no todos los productores conocen actualmente las técnicas de control biológico, a pesar de que cada vez hay menos plaguicidas químicos disponibles y la agricultura necesita otras alternativas que garanticen un control eficaz de las plagas sin dejar residuos en los frutos ni en el suelo y cumpliendo con las exigencias de calidad y rentabilidad.
Con el objetivo de acercar al sector agrícola las ventajas del control biológico de plagas y enfermedades en los cultivos, Koppert ha presentado hoy en Fruit Attraction su red mundial de campos de demostración, formada por más de 300 fincas de cultivos protegidos y al aire libre distribuidas por Europa, Reino Unido, África y América. La presentación, que se ha desarrollado con el título “Field Trials, Empowering Growers”, ha mostrado resultados obtenidos en cientos de experiencias conjuntas en fincas de productores por todo el mundo. Los resultados de campo confirman que el uso del control biológico contribuye a un aumento de la producción, reduce notablemente el número de frutos dañados por las plagas y además incrementa el beneficio económico por hectárea.
Mayor rendimiento
Los nematodos beneficiosos, también conocidos como nematodos entomopatógenos, son una de las soluciones de control biológico que ofrece Koppert. Gracias a estos gusanos microscópicos, los frutos dañados por las plagas en cultivos como manzana o patata se reducen un 30%. En viñedo, el uso de insectos beneficiosos, que son enemigos naturales de la plaga de cochinilla, consigue que el número de ejemplares de cochinilla por racimo sea de 11, frente a los 214 ejemplares por racimo que se registran habitualmente cuando se lleva a cabo un control de plagas convencional.
Especialmente significativos son los incrementos obtenidos en el beneficio económico para el productor, a consecuencia de obtener mayores cosechas. En trigo cultivado con control biológico, los ingresos por hectárea se incrementan en 225 euros, en comparación con fincas que utilicen control convencional de plagas. En zanahoria cultivada con control biológico, los ingresos se incrementan en 860 euros por hectárea, y en tomate procesado el beneficio aumenta hasta 1.630 euros más por hectárea, según los datos facilitados por Felipe Capobianco, responsable global técnico de Desarrollo de Mercado. En maíz cultivado con control biológico, el rendimiento es 300 veces mayor. El uso de abejorros para la polinización también contribuye a un incremento de la producción. Resultados obtenidos en almendro confirman que un 34% más de flores se transformaron en fruto, gracias al uso de las colmenas de abejorros Natupol de Koppert.
Además del retorno de la inversión, el control biológico ofrece otras ventajas importantes: no deja residuos, no necesita plazo de seguridad, no genera resistencias, es seguro para el medio ambiente y muy fácil de usar. Por todas estas cualidades, el control biológico encaja fácilmente en cualquier estrategia de Gestión Integrada de Plagas (GIP).
Ver para creer
En las fincas de demostración, los productores aprenden que el clima, la geografía, el momento y los métodos de aplicación afectan a la eficacia de las soluciones biológicas de protección de cultivos. Además, pueden observar por ellos mismos en situaciones reales cuál es la eficacia del control biológico y el retorno de la inversión para las empresas que confían en este método sostenible de control de plagas y enfermedades.
“Gracias a las fincas demostrativas conseguimos trasladar eficazmente nuestra experiencia a los agricultores”, ha explicado Valter Ceppi, Business Development Manager. “El control biológico está en constante evolución y nuestro reto es conseguir llevar a los cultivos al aire libre las mismas innovaciones que ya están consolidadas en los cultivos de invernadero”, ha añadido Valter. En España, con casi una treintena de fincas demostrativas, Koppert está introduciendo las técnicas de control biológico en cultivos como los cítricos, el viñedo y los frutos secos. “Nuestro próximo gran reto es hacer realidad el control biológico en un cultivo tan emblemático como el olivo, que forma el paisaje agrícola más extenso de España”, según Valter.
Casos de éxito
A lo largo de los años, el trabajo desarrollado en las fincas demostrativas ha hecho posible que el hongo Trichoderma harzianum, con el que se produce el biofungicida biológico Trianum, se haya ganado su reputación como solución fiable para el control de enfermedades transmitidas por el suelo en cultivos al aire libre. En 2023, los nematodos beneficiosos de Koppert superaron una prueba de fuego, ya que en suelos muy infestados de gusanos de alambre, los nematodos beneficiosos de Casea redujeron un 30% los daños en patata, superando significativamente a los resultados ofrecidos por las soluciones químicas disponibles.
En el sur de Europa, las fincas demostrativas están ayudando a los productores a conocer dos productos de Koppert que desempeñan un papel importante en la prevención y el control de la cochinilla harinosa en la uva y los cítricos. La combinación de Citripar (una avispa parásita) y Cryptobug (un escarabajo depredador) ha demostrado ser muy eficaz para controlar las infestaciones de cochinillas. «Algunos insecticidas convencionales, como el spirotetramat, en los que solían confiar los productores del sur de Europa, pronto no estarán permitidos. Nuestras soluciones Citripar y Cryptobug son una excelente alternativa biológica, ha recordado Felipe Capobianco”.
Los ensayos de 2024 cuentan en general con numerosos insectos beneficiosos como ácaros depredadores, chinches depredadoras y mariquitas para controlar diversas plagas dañinas, como araña roja, trips, moscas blancas, cochinillas y diaspinos. Fuente y foto: Koppert