
Las nuevas reglas, aprobadas unilateralmente, elevan el umbral de reservas en la cabecera del Tajo de 1.300 hm³ a 1.600 hm³ para activar el nivel 1, lo que reduce drásticamente los trasvases mensuales de 60 a 24 hm³
En nivel 3 de sequía el trasvase se reduciría de 12,5 a solo 1,5 hm³ mensuales en 2027, tras descontar el consumo humano, esto implica una disminución de casi el 90 %
El conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, ha mostrado su “más firme rechazo” a la aprobación por la Comisión de Explotación del Ministerio de Transición Ecológica de las nuevas reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura “sin consenso técnico ni territorial y de espaldas a los regantes y agricultores”.
“El Gobierno vuelve a castigar a la Comunitat Valenciana. Una vez más, se imponen decisiones ideológicas que afectan directamente a la economía, al empleo y al futuro de miles de familias del sur de la provincia de Alicante”, ha declarado Barrachina. “Ni han contado con nosotros, ni han escuchado las propuestas técnicas. Esto no es gestión del agua, es un puro castigo político”.
Hasta el momento, los embalses de cabecera necesitaban acumular 1.300 hectómetros cúbicos para que se pudieran aprobar los trasvases máximos de 60 hm³ mensuales. Sin embargo, con las nuevas reglas de explotación, ese umbral se eleva a 1.600 hm³, lo que implica que incluso en un periodo de abundancia hídrica como el actual, con 1.527 hm3 no sería posible autorizar envíos de 60 hm³ al mes, sino únicamente de 24 hm³.
En situación de sequía nivel tres se pasaría de hasta 20 hm³ mensuales a 9 en 2027, si descontamos los 7,5 dedicados a consumo humano el resultado real sería que en lugar de los actuales 12,5 hm³ nos quedaríamos solo con 1,5 hm³, una reducción de casi el 90 % que hace inviable, por los costes de mantenimiento, el trasvase.
“La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez representa un golpe letal para el sistema del trasvase, considerado esencial para el abastecimiento y el desarrollo de la provincia de Alicante. Al elevar el umbral de reservas en los embalses de cabecera para autorizar los trasvases máximos, se impone una condición casi imposible de cumplir, incluso en momentos de abundancia hídrica, lo que limita seriamente su viabilidad”.
“Esta decisión, sin aval técnico y únicamente política, ignora las necesidades reales de millones de personas y del sector agrícola generando incertidumbre, resentimiento territorial y poniendo en jaque el desarrollo económico de una de las zonas más productivas del país”.
El conseller ha denunciado que se ha roto el diálogo que debe regir en cualquier reforma estructural que afecte a un recurso tan sensible e imprescindible como el agua: “Han cerrado la puerta a una solución pactada y sostenible, y eso es una irresponsabilidad que vamos a pagar todos. Los regantes necesitan certezas, no recortes arbitrarios ni decisiones impuestas desde un despacho en Madrid”.
La Comunitat Valenciana no puede seguir siendo «víctima de los intereses políticos de Pedro Sánchez quien utiliza el trasvase como instrumento de su discurso medioambiental».
Barrachina ha anunciado que la Generalitat Valenciana va a exigir al Ministerio para la Transición Ecológica que reabra el proceso de diálogo con todas las comunidades afectadas: “Vamos a defender con firmeza los derechos hídricos de esta tierra, y no vamos a aceptar que se siga discriminando a la Comunitat Valenciana por criterios ideológicos”.
“Esto no va solo de agua, va de dignidad, de desarrollo y de respeto institucional. Desde el Consell de Carlos Mazón vamos a estar al lado de nuestros agricultores y regantes, frente a cualquier decisión que comprometa su futuro”, ha concluido el conseller.