Durante siglos, el almendro ha sido un cultivo bien adaptado a las condiciones de secano en la provincia de Alicante; seña de identidad de nuestra tierra y parte inconfundible de nuestro paisaje, así como reclamo de nuestro turismo. Sin embargo, ASAJA Alicante lamenta que, a pocos días de comenzar la recolección, la Comunidad Valenciana sea la autonomía donde este cultivo está resultando más castigado; con una pérdida de producción media en los últimos cuatro años de -36,28%. En la última estimación de cosecha, ASAJA junto a otras organizaciones determinaron que en la Comunidad Valenciana se pasaría de 6.702 tn en 2023/2024 a tan solo 4.490 tn en 2024/2025, lo que supone una variación de -33,01% de la producción.
ASAJA explica que, en la provincia de Alicante, la razón principal de esta abrupta caída es la falta de lluvias y el calor mantenido durante gran parte del año. “Este invierno, el árbol no ha llegado a mudar la hoja porque no ha hecho apenas frío”, explica Ramón Sola, agricultor de almendra de Ibi, quien cuenta que sí que hubo floración, pero al no haber precipitaciones, el árbol estaba débil y apagado por lo que se deshizo de la flor para poder aguantarse a sí mismo. De hecho, de su finca de 40 hectáreas, preparada para una producción de 40.000 o 50.000 kilos de media anual, esta campaña prevé obtener una producción nula, de cero kilos. Este joven agricultor ha invertido en hacer pozos en su explotación, buscando agua, sin éxito. “La Administración Autonómica debería ayudarnos, como mínimo, realizando estudios geológicos para que los agricultores sepamos dónde buscar el agua para salvar nuestros árboles. Es una cuestión de investigación para garantizar la continuidad del cultivo a largo plazo”.
La asociación agraria puntualiza que los almendros de regadío también han sufrido un gran varapalo en esta provincia. A pesar de contar con aporte hídrico, el calor ha hecho que el fruto no alcance calibres comerciales óptimos, por lo que la productividad ha caído a mínimos.
A esta problemática se unen otras, no menos preocupantes. La Xylella fastidiosa sigue imparable en su avance hacia el sur y, lo que es peor, su estrategia de erradicación ya ha destruido el cultivo en las comarcas afectadas por la enfermedad, amenazando ahora al municipio de Relleu. Asimismo, se ha detectado un aumento de daños por la plaga de la Avispilla en el Medio y Alto Vinalopó, sin fitosanitarios autorizados para su control en el cultivo ecológico del almendro. ASAJA Alicante denuncia que sigue avanzando en la provincia ante la inacción del Ministerio y de la Conselleria de Agricultura.
“En Alicante llevamos la almendra en nuestro ADN, muestra de ello es su gran uso en la gastronomía y el gran reconocimiento mundial de productos autóctonos como el turrón, uno de los grandes embajadores reconocido como marca de calidad con la figura de la IGP”, asevera el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu. Sin embargo, esta marca que identifica este producto con Alicante no está elaborado con almendra alicantina y sí con almendra de cualquier procedencia, en muchos casos importada de California, dándose el caso de que muchos consumidores piensan que toman un producto de cercanía elaborado con almendras de Alicante, y no es así. ASAJA Alicante considera que este hecho contribuye a devaluar nuestras producciones de almendra.
Propuestas de ASAJA Alicante para revitalizar el cultivo del almendro
1. En primer lugar, la organización agraria aprovecha el cambio de Gobierno en la Conselleria de Agricultura para que se inicien los trámites para solicitar la sustitución del plan de erradicación por un plan de contención y, al mismo tiempo, se acelere un plan de replantación para reponer la agricultura devastada por la Xylella Fastidiosa. “Es imposible erradicarla, dejemos de hacernos trampas en solitario y afrontemos la realidad de tener que convivir con ella”. La misión que tienen nuestros dirigentes es investigar nuevas variedades tolerantes como ya se hizo con los cítricos, nuevas formas de cultivo que subyuguen a la enfermedad”. Con tal escenario y ante el cúmulo de erráticos pasos, pedimos a la Administración Autonómica que abandone de una vez una estrategia que solo ha dejado devastación, desolación y abandono. Que rectifique en su afán de atajar un problema dando la espalda a los principales afectados, ya que tras ocho años de arrasar almendros enfermos, pero también sanos, lo lógico sería aunar todos los esfuerzos en el control de la zona perimetral y dejar de erradicar.
2. En segundo lugar exige que se autoricen productos fitosanitarios eficaces y baratos contra las nuevas plagas del almendro, como la Avispilla.
3. Que se autoricen regadíos sociales con aguas urbanas regeneradas como apoyo a los cultivos de secano amenazados por el cambio climático, sobre todo en campañas con baja pluviometría. Ya se está haciendo en Valencia y en Castilla la Mancha, por lo que ASAJA Alicante insiste en que en Alicante también debe hacerse, máxime si tenemos en cuenta que somo la comunidad autónoma con mayor pérdida de producción en toneladas.
4. Que desde la Administración se inste a la IGP Turrón de Alicante a usar almendra alicantina como base de su elaboración. Sin duda, este cambio sería clave para recuperar y revitalizar el cultivo del almendro en nuestra provincia. El Turrón de Alicante obtuvo fama y mercado porque en Jijona y Alicante se cultivaban las míticas almendras. Por eso, ante esta grave crisis que atraviesa el cultivo, ASAJA Alicante considera que ha llegado el momento de que el turrón devuelva a los campos alicantinos los que le hizo grande.
Para finalizar, el presidente de ASAJA Alicante remarca que el mercado de la almendra está subiendo las cotizaciones del mercado internacional, y ya supera los 4 euros/kg, con una tendencia al alza. “Mejora que no tendrá repercusión en miles de agricultores alicantinos porque, por desgracia, este año tenemos una escasa cosecha, debido a los graves problemas que lastramos y por los que pedimos auxilio urgente a la Administración”. Fuente y foto: Asaja Alicante
Pie de foto: Ramón Sola, agricultor de una explotación de 40 hectáreas (13.500 almendros) en Ibi, que este año prevé una cosecha nula.