Un total de 32.000 toneladas de miel importada de diversos países entraron en España durante 2024 en clara competencia desleal a unos precios muy baratos y con dudosa calidad, según denuncia la Unió Llauradora i Ramadera.
Precisamente, para expresar ese malestar apicultores de LA UNIÓ de la Comunitat Valenciana y homólogos suyos del resto de organizaciones de Unión de Uniones han denunciado hoy en Madrid ante la Representación de la Comisión Europea esa competencia desleal y han reclamado medidas para proteger al sector apícola ante la importación masiva de mieles baratas. Esta concentración se ha celebrado simultáneamente también en Portugal y en Francia como signo de protesta del conjunto del sector a nivel europeo.
Según los datos del Ministerio de Agricultura de la campaña 2023/2024, el precio de venta de un kilo de miel a granel en España se situó entre 3,99 y 4,18 euros. Frente a estos precios, en 2024, entraron solo en España 32.000 toneladas de miel importada a un precio medio de apenas 1,77 €/kg, procedente en gran parte de países como China (1,16 €/kg), Argentina (1,87 €/kg), Ucrania (1,88 €/kg) o miel de origen chino que llega a través de Portugal (1,59 €/kg). Con estos datos se comprueba que el precio de la miel a granel importada entra con unos precios reventados que son un 131% más baratos que los nuestros.
Estas mieles importadas, de calidad muy cuestionable, compiten directamente con las producidas por los apicultores valencianos, reconocidas por su alta calidad y sostenibilidad, pero que no pueden competir en precio con productos que a menudo son objeto de mezclas y adulteraciones.
Los apicultores valencianos y del resto de España sufren una crisis sin precedentes marcada por el aumento de los costes de producción, la alarmante mortandad de las abejas y la competencia desleal derivada de la entrada masiva de mieles importadas a precios irrisorios. Estos factores han hundido la rentabilidad de las explotaciones apícolas, poniendo en peligro la subsistencia de un sector clave para la biodiversidad y la economía rural.
Las reivindicaciones y propuestas del sector apícola de LA UNIÓ pasan por:
– Validación de métodos analíticos para detectar la adulteración de mieles.
– Mayor control en las fronteras para evitar la entrada de mieles adulteradas y de baja calidad.
– Mejoras en la trazabilidad de los productos apícolas.
– Creación de un laboratorio de referencia europeo de la miel que garantice estándares de calidad y seguridad alimentaria.
– Rechazo rotundo al Tratado de Libre Comercio con Mercosur, que agravaría la competencia desleal.
Sobre este último punto desde Mercosur, se calcula la importación de cerca de 45.000 toneladas a la Unión Europea, mientras que, desde Ucrania, aunque en muchas ocasiones el origen del producto no es de este país, han pasado de 10.000 toneladas a 60.000 toneladas en los últimos diez años. En el primer semestre de 2024 aumentaron un 85% respecto al mismo período de los tres años anteriores, por lo que hay que revisar los aranceles.
Hay que señalar que el sector apícola no solo representa un pilar económico para muchas familias, sino que también desempeña un papel fundamental en la preservación de la biodiversidad a través de la polinización. La desaparición de los apicultores valencianos supondría una catástrofe medioambiental y social irreparable.
Por ello, hoy miles de apicultores han alzado la voz en Madrid para exigir una apicultura digna, sostenible y con precios justos. «Es hora de que Europa y nuestras instituciones nacionales adopten medidas firmes para proteger nuestra miel, nuestras abejas, nuestros apicultores y a los consumidores», subrayan desde LA UNIÓ. Fuente y foto: La Unió