La Unió Llauradora ha detectado la presencia de materias activas de pesticidas, cuyo uso está prohibido en la Unión Europea, en uvas de mesa importadas y compradas en varios de nuestros establecimientos de la distribución comercial. La organización ha adquirido lotes de uvas de mesa importadas y procedentes mayoritariamente de países de Mercosur en algunos establecimientos de la distribución comercial con mayor implantación en la Comunitat Valenciana y los ha llevado a analizar a un laboratorio homologado.
Las pruebas analíticas son contundentes y se han encontrado en supermercados e hipermercados de aquí materias activas de uva importada cuyo uso está prohibido en la Unión Europea, justo además cuando se ralentiza la demanda de nuestra producción con la entrada de la de ultramar. Entre estas materias se encuentra la presencia de Famaxadona (hasta en dos muestras) y Bimentrina que tienen prohibido su empleo en el ámbito de la Unión Europea.
Del análisis de los resultados se desprende asimismo la presencia masiva de materias activas en las muestras. Dos de ellas tienen hasta 9 materias activas que son más materias activas de pesticidas de las aconsejables, lo que revela que no cumplen con los mismos estándares de calidad que los que se exigen en la distribución de otros países de la Unión Europea y por tanto son menos sostenibles desde el punto de vista medioambiental que los nuestros. “Da la sensación así que lo que se nos exige a nosotros es más estricto que lo que se pide a los productos importados, de ahí que haya que preguntar a la distribución comercial por la diferente vara de medir que emplean según sea la procedencia”, señala Enrique Sánchez, responsable del sector de uva de mesa de LA UNIÓ.
Se detecta también en las analíticas un contenido elevado de fungicidas, necesarios para que la uva no se pudra durante el largo viaje en barco desde Sudamérica.
LA UNIÓ reitera una vez más ante estos datos la exigencia de una reciprocidad en las formas de producción en la UE y en aquellos países que entran sus productos en los países comunitarios, que se adquieran de una vez por todas compromisos y que las cadenas de distribución garanticen a los consumidores esos mismos estándares. “Nosotros cultivamos con las normas productivas más estrictas a nivel mundial, mientras otros ni son tan sostenibles ni seguros”, dice Sánchez, quien reitera que “no podemos consentir que sigan entrando uvas importadas de países terceros con materias activas cuyo uso nos han prohibido las autoridades comunitarias. Por ello solicitamos al Ministerio de Agricultura que intensifique su presión en Bruselas para que se adopten las cláusulas espejo y se alcance la reciprocidad en las producciones”.
LA UNIÓ pide también a las cadenas de distribución que apuesten por el producto de proximidad porque se garantiza uva de calidad y con mayor seguridad alimentaria que la de fuera. “LA UNIÓ demanda a los consumidores que compren la uva autóctona que cumple con todos los parámetros de seguridad alimentaria y posee una frescura y calidad inigualable, en una apuesta por los productos de proximidad frente a la de otros países. En este sentido, Enrique Sánchez, indica que “consumir nuestra uva es fundamental para la economía de nuestra tierra, para crear empleo y para evitar el abandono de más parcelas agrícolas”. La producción y comercialización de la Uva del Vinalopó con DOP genera numerosos puestos de trabajo directo, lo cual es un impacto determinante en la economía del territorio y de los pueblos en la que se produce.
La organización agraria señala que “no es ni normal ni justo que en plena campaña de uva autóctona se importe desde Mercosur con el coste económico y ambiental que supone e insta a los consumidores a apoyar a un sector económico estratégico como es el de la uva de mesa mediante la compra del producto de aquí frente al importado”. Fuente y foto: La Unió